jueves, 10 de octubre de 2013








LA APARIENCIA

Llegué a España con 17 años, dejando atrás amigos, una vida relativamente fácil, estudios por terminar, costumbres y un sin fin de cosas importantes para mi. Fue la primera vez que tuve que volver a empezar de cero.

Siempre recordare las palabras de un amigo de mi padre: "Bienvenida al país de las apariencias y las envidias". La verdad es que en aquel entonces no le di mayor importancia, pues para mi esas dos cosas no tenían, ni tienen, cabida en mi forma de ser y de pensar. Pero en el transcurrir del tiempo y todo lo vivido me he dado cuenta que no le faltaba razón.

A la hora de encontrar un trabajo, puedes tener un curriculum impresionante, estar bien preparada, saber idiomas ... Pero si se presenta una chica "mona" talla 36, uñas largas y risa fácil, "o sea", aunque tu curriculum  y preparación sea superior, el puesto será para ella. Una talla 44 parece que no se ajusta  a los canones de la moda  no se ve bien, pues no hablemos de tallas superiores.

Solución: el resto de Europa, lejos de tu familia, con otras costumbres y volviendo a empezar de cero.

En un país que se empobrece hora a hora parece mentira que aún exista el "enchufismo" y la apariencia establecida por las corrientes de pases de modelos.

¿Que hace una chica talla 38 embutida en una 34 con tacones del 10 en una gasolinera promocionando una marca de tabaco?. Luchamos para no ser objetos, pero con esto de las apariencias cada día nos convertimos en mas objeto.

Pero, recordad algo que se os esta olvidando; los días suman días, los meses se transformaran en años y cuándo os deis cuenta tendréis 40, 50, 60 y los que miráis ahora con algo de desprecio esas edades ¿Habéis pensado que os pasará cuándo lleguéis a ellas?, o es que, ¿no pensáis que algún día llegaréis? ... 

Otro día hablaremos de la envidia.