ELLA, LA EMPERATIZ, O EL SENTIDO DE LA MAGIA
¿Porqué hay veces que te miro, veo que estas, pero no te siento?. Preguntó
Lara la hija de Mara.
Voy a contarte una historia, le contestó Vivian. Todo empezó con una simple
conversación por ordenador.
__ ¿Qué haces tu despierta a estas horas?, yo porque acabo de llegar de
trabajar. Preguntó Vivian.
__ Hola, ¿qué tal el curro, mucho
trabajo?. Contestó Mara.
__ Bueno , lo normal.
__ Pues ahora toca entonces un buen descanso.
__ Si, la niña ya duerme y ahora me toca a mi. ¿Pero te ocurre algo?.
__ No. Veras, me gusta vivir el día, pero … ¡ay! … la noche… Disfruto de su
silencio, su quietud, su paz. Es entonces cuando dejo mi mente libre volar.
Busco inexplorados rincones, vivo aventuras inenarrables. Contestó Mara.
__ Qué bien suena eso. Vas a tener que enseñarme.
__ Cuando quieras.
__ ¿Este finde?.
__ Este finde.
__Que descanses Mara.
__ Buen descanso Vivian.
Ese fin de semana, cuando Vivian entró en la habitación de Mara, vio cosas
sin sentido y se quedó en la puerta mirándolo todo sin atreverse a entrar.
La pared de la derecha, la mitad era un espejo enorme.
Una mesita con un plato que contenía arena, conchas y piedras. Un cabecero
con un sinfín de pañuelos multicolores colocados como ellos habían querido. Una
cama amplia, a sus pies un perchero con sombreros de distintas épocas y usos.
Collares de todos los tamaños. Delante un puff de diseño en el que descansaba
una muñeca de trapo con siemprevivas amarillas y malvas. Al lado una puerta
acostada encima de cuatro bloques de cemento, con una serie de cosas encima
indescriptibles. Hacia la izquierda, una
mesa de trabajo. Entre la mesa y la pared, tres muñecas mas de trapo sentadas
en un sillón, mirando hacia la otra muñeca. Y, pegada a la otra pared, otra
puerta cansada con velas, frascos de cristal de distintos colores y formas,
canicas y mas cositas de cristal.
__ ¿Cosas sin sentido, verdad, Vivian?.
__ Pues, si.
__ ¡ Venga ¡ brindemos por las cosas sin sentido a ver si se te despierta
la imaginación y dejas tu mente volar libremente. Dijo Mara. Pero espera un
momento.
Entonces Mara encendió todas las velas y apagó la luz y le dijo a Vivian.
__ Ven, seguro que ahora cambia tu percepción.
Entonces Vivian vio que podía caminar por la tibia arena de una playa,
recogiendo caracolas vacías, entretenerse entre las rocas, para llegar a un
lugar en el que lo de ayer, lo de hoy y lo de mañana se juntan para hacer una
comunión con el tiempo. Habiendo pasado antes por una semi jungla de sedas de
distintos colores que cuando las tocabas se movían bailando una música sin
sonido.
Ese perchero de los antiguos, situado a los pies de la cama, en el que
reposaban sombreros de distintas épocas y usos y un sinfín de collares de
trocitos de madera multicolores, de cuentas y abalorios, tiene su historia. Fue
recogido al lado de un contenedor una noche de paseo, y unas manos con mucho
mimo lo cuido y ahora tiene vida propia. Le custodia la espalda a la viuda
enlutada sentada en su cómodo sillón. Viuda de todos, esposa de nadie, recuerda
los paseos en carruaje por los bosques de “amarimalvas”, para llegar a una
puerta antigua, cansada, que se a recostado encima de cuatro bloques pintados
de rojo, en la que reposan objetos cansados, papeles, estuches, farolillos con
velas y mas cositas.
Hacia la izquierda, la mesa de trabajo, todo en orden y bien colocado hace
contraste con todo lo demás. Entre la pared y la mesa están sentadas las tres
nietas de la viuda del mundo. Cansadas de esperar respuestas a sus constantes
preguntas.
A su lado y pegada a la pared, otra puerta cansada sobre cuatro bloques
pintados de blanco le regaló la visión de miles de resplandores que salían como
despedidos de todos los objetos de cristal alumbrados por las distintas velas
encendidas.
Aquel espejo enorme se transformó en
una puerta corredera que daba a una terraza con banco, hamaca, plantas, flores,
de distintos aromas y colores, los pájaros venían de los alrededores. De día la
iluminaba el sol, de noche , las velas en los faroles.
En ese mundo en el que la imaginación vuela libre, Mara y Vivian decidieron
unir sus vidas.
Hoy Mara no está, por eso, Vivian, gracias a la magia de la imaginación hay
días que la siente muy cerca y hasta puede oler su olor.
Por eso, mi querida niña, a veces ves que estoy, pero no me sientes. Con
las cosas buenas que nos suceden en la vida, tenemos siempre la sensación que
son efímeras. Por eso están guardadas en nuestra memoria y su recuerdo nos hace
felices.
__ ¿La echas de menos, verdad, Vivian?.
__ Si, mucho.
__ Yo también.
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